“…es una mano distinta, la miro, aquí la tengo y se me escapa, aquí estaba y sigue aquí,se mueve aquí dentro aquella mano pequeña y blanca de niño.”
Del poema “Cansado y giratorio” de Jorge Oteiza.
Oteiza: de la escultura a la poesía.
Cuando hablamos de Jorge Oteiza casi todos relacionamos a este magnífico artista vasco con el mundo de la escultura. Sus obras y esculturas son las que le han otorgado el reconocimiento a nivel internacional, pero la mente maravillosa de Jorge Oteiza guardaba otros conocimientos y habilidades menos conocidos para el público en general. Es el caso, por ejemplo, de la pintura o la poesía.
Esta inquietud de Jorge Oteiza por conocer todo tipo de forma cultural y artística nació, probablemente, en su época como estudiante universitario.
En el año 1927 Jorge Oteiza se desplazó a Madrid para comenzar los estudios de arquitectura, aunque debido a razones burocráticas y de organización de la propia universidad tuvo que matricularse en la carrera de Medicina.
Algunas de las asignaturas de Medicina, como la de bioquímica, despertaron en Jorge Oteiza un gran interés por el mundo de la escultura, y así, después de cursar tres años de Medicina, abandonó esta carrera para matricularse en la Escuela de Artes y Oficios.
En aquella época se perdió un gran médico, pero afortunadamente para el ámbito de las artes y la cultura, la vida profesional de Jorge Oteiza tomó un nuevo camino. (Las personas más allegadas a Oteiza aseguran que sus conocimientos en Medicina no tenían nada que envidiar al más reputado de los doctores…)
Tras dedicar muchos años a la escultura, en sus últimos años Jorge Oteiza también se adentró en el área de la pintura y la poesía. Uno de esos poemas ha llegado a nuestras manos y por eso lo queremos compartir con todo el mundo.
Estas líneas que acabas de leer pertenecen a un poema más extenso, que Oteiza llamó “Cansado y giratorio”.